martes, 2 de enero de 2018

“El Hotel de los enfermos”






Es un complejo enorme, frente a un jardín de fúnebres lapidas de color grisáceo, flores de triste procedencia, un mar de muerte y escalofriantes lágrimas que riegan ese campo, un portón deslizable de color negro con oxido por la intemperie y descuido de las autoridades, guardan la entrada al cementerio. El jardín de lapidas fúnebres está separado del medicado y mal oliente hotel por una calle pedregosa muy descuidada, que cuya costumbre de calles de piedra, se supone había sido abandonada con el uso del asfalto.

Al cruzar esa empedrada calle, que el alcalde olvido al ser electo por la fe de los habitantes de este pueblo, está el hotel de los enfermos, un complejo gigante, paredes que en un tiempo fueron blancas, pero ahora no son más que grises, entran y salen ambulancias, escandalosas y muy apresuradas entran con la máxima velocidad de una carreta halada por un par de bueyes, los guardianes de la puerta son dos, un hombre de brazos delgados, que se conectan a sus muñecas de manera huesuda y a sus manos que son parecidas a las de la muerte, su cara esta enjuta, con ojos saltones, pero huecos, su voz no es más que gangosa y como la de un niño tímido y estúpido con infección en su garganta.  El otro guardián, es ella, una mujer desagradable, gorda y vulgar, asquerosa a simple vista, le grita a su homologo que está abriendo la puerta a las carrozas de bueyes, ¿Qué decir de ella?, su rostro esta caído por los niveles de grasa, con una costra en la nuca que apenas levanta, sus hombros corpulentos que conectan a sus brazos gelatinosos y sudorosos, en sus muñecas hay un brazalete de cuero curtido por la fricción y el sudor que ejerce sobre ellas, al hablar deja notar el más vulgar, sucio y desquiciado lenguaje que puede tener una mujer, ella no parecía una mujer, era mas bien un hombre encerrado en pechos y vagina, en mi opinión puedo decir que es la mujer mas asquerosa y vulgar que he visto; su rostro tiene una frente sudorosa, su nariz ancha, y llena de mucosidad que “chupaba” antes de hablar, labios hinchados, sus ojos oscuros y sumidos como los de su compañero.


Dicen que en aquel hotel los doctores brillan por su ausencia, la promesa de mejores condiciones médicas, es un total fracaso, ¿quizá sea falta de fondos?, pero el alcalde se ve muy bien en esa camioneta nueva. En emergencias, los pacientes entran y salen las veinticuatro horas del día, la rapidez de aquella gente es sorprendente, aunque es apocada claramente por la actitud de aquellas males olientes, y desarregladas enfermeras.


En ginecología, se puede ver de todo desde la mujer más hermosa hasta la más vulgar y sucia prostituta, del bar más oscuro, barato e ilegal que puede haber en el pueblo.
Muchos testigos que estuvieron hospedados en el hotel de paredes deterioradas por el olvido de mantenimiento, cuentan que dentro de aquellos asquerosos cuartos de seis camas, con sabanas amarillentas y mal olientes, suceden cosas extrañas y sobrenaturales; Una anciana de edad avanzada había sido ingresada de emergencia, por una fractura en su Astrágalo, y como de costumbre había sido maltratada por las sucias mucamas, el inescrupuloso enfermero y el muy incompetente doctor de ojos saltones. La mujer quedó ingresada cuatro noches a esperar su cirugía, en su cuarto de seis camas había: una niña pelirroja de pecas y muy hermosa, que esperaba una diálisis, una mujer corpulenta que estaba muy lisiada de su columna, por un accidente automovilístico, una mujer muy anciana, que parecía haber sacado raíces en aquella esquina del hospedaje, parecía haber estado ahí durante cien años olvidada, había también una mujer de puros huesos, quizá porque la comida del hospital no era buena, ¿no prometieron mejor alimentación a los enfermos y ancianos?, la ultima una vieja vendedora de pan del mercado “Ex cuartel” de una concurrida ciudad.


La primera y ultima noche, fueron las más frías; llegadas la una de la madrugada, mientras todos dormían en el cuarto, la niña pelirroja despertó, una tenue luz brillaba sobre su cabeza, el frío le calaba los huesos, la tristeza mordisqueaba sus blancos pies, al girarse buscando la sabana que su madre le había llevado temprano, vio fuera del cuarto que una llama de fuego se extendía por todo el pasillo, consumiendo cuarto por cuarto, la niña empezó a gritar pero las manos frías de una araña enorme con la cara del guardián femenino de la puerta principal le sostenía los labios, mientras dejaba caer sobre su sabana una asquerosa mezcla de sudor y saliva de araña, la niña volteaba su cabeza para observar a las ancianas noto que ellas se convertían en ceniza, el pavor fue tal que desmayo.  La mañana que despertó, con su camisón empapado de sudor, asustada por la peor pesadilla jamás soñada, vio que todo seguía como debía ser, pero su madre ya estaba a su lado, y la niña se esforzó para levantarse, y la abrazo.


El segundo día trascurrió con la más fría normalidad, a la anciana del Astrágalo fracturado la llevaron a sus radiografías respectivas, las enfermeras colocaron el suero en sus venas luego de seis “puyones fallidos”, su hija llego a verle y a darle un poco de comida hecha en casa.
En la segunda noche, nuevamente a la una de la madrugada mientras todos dormían, la mujer del accidente en su espalda, abrió los ojos de manera automática, una mosca se detuvo en la lámpara de la luz tenue y parpadeante, mientras examinaba a la mosca para conciliar el sueño nuevamente, noto que la mosca crecía cada vez que una llaves sonaban, el sonido de las llaves venia de afuera del cuarto, una bella mujer con zapatos de tacón alto y un hermoso vestido, negro con unos brazaletes de cuero negro en sus muñecas, un cabello color de fuego y unas llaves extrañas que hacía sonar con más intensidad, para hacer crecer a la mosca. Cuando la mosca estuvo de como un metro o más, la mujer se puso a su lado y la monto como aun caballo sin ensillar, y la mosca levanto el vuelo, la mujer de espalda fracturada, se paralizo del miedo y no pudo levantarse, pero lo intento, la mujer y su corcel, salieron por la ventana dejando a su paso el olor a vendas ensangrentadas y podridas, en la mañana el olor persistía por mas que las enfermeras lucharan por eliminarlo con lejía, esa mañana nadie hablo y nadie visito a la anciana del Astrágalo fracturado.


La tercera noche hacía un calor que las vendas sudadas eran cambiadas cada dos horas, a la hora de los sueños profundos la anciana de raíces y la mujer que no comía, escucharon las ruedas de una carreta fuera de la habitación, la mujer desnutrida se levantó para ver, y no vio a nadie solo una pequeña silla de ruedas que había sido lanzada fuertemente hacia la pared del final del pasillo, regreso a su cama, al levantar la mirada, la anciana de raíces, estaba siendo asfixiada por estas, la mujer corrió a ayudar, pero el piso se convirtió en un mar de manos y brazos que tomaban sus tobillos y la hundían en el, la mujer se sostuvo de la “pata” de la cama y empezó a golpear con su bacinica, contra la cama, el ruido alerto a las enfermeras que corrieron a ayudar, pero lo que encontraron fue a la mujer desnutrida en el piso y a la anciana de raíces sudando frío; En la habitación todas contaban sus experiencias en los sueños pero la anciana de la fractura, no tomó importancia, tampoco la vendedora de pan que se mostró indiferente.


En el último día, la habitación parecía haberse llenado de luz, todos recibieron visitas y aliento, el hospedaje ya casi terminaba, todos felices, y termino la hora de visitas. Esa noche el frío entraba por la falta de vidrios en la ventana, las viejas y la niña hablaban y reían, bromeaban con la última noche de “la vieja fracturada”, llegada la hora acostumbrada, no había pasado nada, las viejas indiferentes y burlonas empezaron sus risas, pero callaron al escuchar un canto de niños, la piel se puso de gallina, cuando la voz no salía de sus bocas, estaban mudas todo parecía decolorarse más de lo que estaba, la presión del aire se hizo mas y mas insoportables, el frío se colaba aún mas, una figura muy apuesta entro por la puerta, vestía un traje blanco y zapatos de charol, tras el venían los espectros de las noches anteriores.


Entro sin más ruido que el del coro de niños, tan angelical y puro que el sonido se tornaba demoníaco, se acercó a la cama de la anciana de raíces y le sonrió como un padre a su hijo, y con un delicado soplo la levanto de la cama dejando su cuerpo atrás, la anciana de raíces, no miraba a los espectros ella solo caminaba y se despedía de sus compañeras, todo se apagó, la voz regreso, la vieja de raíces estaba muerta, nadie dijo nada.
A la mañana siguiente, la anciana de Astrágalo fracturado, salió del hotel en el automóvil de su hija, antes se había despedido de sus compañeras, la muerte de la vieja de raíces quedo en el misterio, solo cinco testigos y una habitación, un hotel frente a un jardín de lapidas grises, un hotel descuidado, cuatro noches, un hotel de enfermos.



publicado por primera vez en:


http://letraslibresenlaradio.blogspot.com/2013/09/dott-israel-cruz.html


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