lunes, 6 de abril de 2020

"Atrapado"




Sumergido en las sombras de murallas interminables y rodeado por las blanquecinas sombras que proyectaba su viejo televisor análogo, se levantaba ocasionalmente por un pequeño refrigerio a la cocina. Hace mucho el gobierno raciono el consumo de energía eléctrica y solo permitía el uso de un aparato eléctrico por vivienda, el uso del televisor era fundamental para escuchar las noticias y las extensas e informativas cadenas nacionales del gobernador, el otro aparato quedaba totalmente a discreción del ciudadano, nuestro ciudadano escogió su refrigerador. 
Cada quince días pasaba un camión dando a cada casa lo necesario, arroz, frijoles, carne y suplementos alimenticios, si tenías los recurso podías lograr un intercambio por un poco mas de la ración asignada, quizás leche, vodka o agua ardiente, la malta para la producción  de cerveza había escaseado hace meses y solo se podía conseguir alcohol adulterado o destilado en las casas de los vecinos, muchas veces eso calentaba las tripas de los ciudadanos que consumían sus recursos demasiado pronto.  El ciudadano amante de la cerveza se resignaba con ese misero alcohol. 

Llegaba la hora en que el sol se ponía y había que cerrar puertas y ventanas, la guardia monitoreaba minuciosamente cada vivienda y las consecuencias eran el corte total de la energía eléctrica para toda la cuadra, esto provocaba la persecución de quien no acatara las "recomendaciones" del alto mando. 

Una tarde de estas el ciudadano vio al vecino del frente salir con su perro en la hora del cierre, el ciudadano intento llamar su atención sin hablar desde su ventana pero el vecino no lo vio, rápidamente el ciudadano corrió a la siguiente ventana de su casa para llamar la atención del vecino, pero este le ignoro. La hora del cierre total llego y el pánico se apodero de el ciudadano, nervioso por el corte de energía y la probable descomposición de su comida del refrigerador lo obligo a salir de su casa y traer de regreso a su vecino para evitar el castigo severo de la ley. Fuertemente tomó al vecino del brazo y lo halo de regreso a casa, perro comenzó a ladrar, entre susurros el ciudadano le decía que callara al perro para no llamar la atención, el vecino lo ignoro y se reincorporo a su caminata soltándose violentamente del ansioso vecino. El temor se volvió miedo cuando escucho la patrulla acercándose, rápidamente tomo una piedra y la estrello en la cabeza del vecino que no pudo defenderse, el perro empezó a ladrar alarmado al ver a su amo desplomarse en la tierra, las sirenas sonaron, estaban mas cerca.  Los demás vecinos no se atrevían siquiera asomarse por la ventana, la patrulla estaba cerca. Las luces de la cuadra estaban apagadas cuando llego la patrulla, el silencio reinaba en aquel vecindario, esa noche termino como cualquier otra. 

Ocasionalmente el ciudadano cambiaba libros por alcohol a los repartidores de alimentos, un buen trato para un par de paginas inservibles, por lo menos dos o tres veces en la semana. La canasta básica era recibida con normalidad y nadie comentaba nada sobre el vecino de enfrente y su perro, que no volvió a ladrar. Pasaron los días, los meses y la canasta del vecino se empezó a acumular, el ciudadano dejo de hacer recibir su canasta y cambiaba todo por alcohol, poco a poco dejo de salir y la guardia de los alimentos solo dejaba el alcohol cuando se asomaba a la ventana. Cuentan los demás vecinos que no se le volvió a hasta la  noche del nueve, cuando las lluvias empezaron. 

La noche del nueve regresaron tarde la pareja de la casa seis, el ciudadano se percato de esto y no intento llamarles la atención simplemente se arrastro y salio por la hendidura del zagúan, tomo una piedra e intento atacar a la pareja, estos se percataron y lograron defenderse lanzando al ciudadano lejos, la mujer grito y las luces se encendieron, el ciudadano huyo cuando escucho la marcha de la guardia cerca, escapo a su casa y cerro de un golpe la puerta del zagúan. La guardia llego y la pareja presento la denuncia, rápidamente mostraron sus permisos de trabajo en la fabrica de televisores. 

La guardia irrumpió en la casa del ciudadano, la oscuridad invadía las paredes, el sonido del refrigerador era el sonido mas prominente en la casa seguido por la estática del televisor, la guardia con sus lamparas iluminaron el lugar y no encontraron a nadie. La noche avanzo y se hizo de mañana, la investigación continuaba con mayor claridad, no habían muebles en el lugar solo libros, la televisión, la cocina y el refrigerador. Uno de los oficiales abrió el refrigerador, el terror y asco le sumergieron al encontrarla cabeza de un pequeño perro y muchas bolsas con carne no procesada, la casa fue clausurada y se abrió  una investigación especializada, llego la noche y las luces se apagaron nuevamente.

La guardia fue alertada esa misma noche por escuchar ruidos dentro de la casa clausurada, por la ventana salia la luz de un televisor encendido y se escuchaba el ruido de un animal comiendo con desesperación, cuando la guardia llego encontró al ciudadano, un hombre, si se le puede llamar así, flaco hasta las costillas, ojos profundamente amarillos y manos alargadas sangrantes, su cara sin pómulos o mejillas completamente llena de la sangre de sus dedos mordidos. El ciudadano sintió mucho miedo y pidió a la guardia terminar de ver la cadena nacional del gobernador.  


Imagen: TV TERROR by #SantiagoCaruso Ink & scratch over cardboard | 21 cm x 21 cm | 2009 | Www.santiagocaruso.com.ar

sábado, 18 de enero de 2020

Ha pasado un año

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Ha pasado un año
desde que mi vida cayó a fondo
sumergida por los remolinos
de la decepción y la tristeza,
siendo una derrota constante,
una búsqueda de un refugio perfecto
pero inalcanzable.

Extrañando tus carnosos labios
cayendo en la habitación
de un solitario casco urbano,
una sala pequeña y con poca luz;
pensaba en la noche que te escribí un poema en la mesa de un bar,
de frente a un mural colorido,
con un piso rojo con líneas blancas.

Te encantó que te describiera en versos,
que te convirtiera en poema,
pero te aprisionó mi verso imperfecto,
mis saltos entre
mi casa y el bar,
el trabajo y la universidad,
tus labios y el salado sabor de tus
tiernas piernas.

Puede que mi poema no sea perfecto,
porque no busca serlo,
porque no le interesa que la rima
sea acordé al tiempo,
no le interesa que te humedezca los labios,
que su paso por la tierra sea leve,
mi poema busca algo que perdió
hace un año
y aún no sabe que es.

Ahora que retomo la riendas de esté poema
sé que mi decisión es clara,
busque amarte y quizás lo hice con pasión,
pero era la pasión juvenil de la inexperiencia.

Una mosca entra en mi habitación
me mira asqueada de mi fracaso y me persigue en mis sueños,
los aromas pútridos en una situación precaria,
situación que decidí.

Hace un año no te escribo
y mis versos están peor,
no espero que me leas
o que me ames como antes,
no lo harás.