sábado, 2 de marzo de 2019

"Amigos"




Un día llegue llorando a la casa de mi abuela por que un niño me había quitado mi pelota amarilla de plástico, ya sabes, el típico bullying que le hacen al gordito de lentes; mi abuela molesta se levanto de la silla de alambre verde y se dirigía a la puerta para reclamar por mi pelota,  la detuve justificando que el bully era mi amigo, a lo que ella respondió finamente como lo haría una mujer de su edad y con su formación: "¡No seas pendejo, amigo solo Dios!". Y eso se que en mi mente y hasta hoy lo llevo conmigo y sin embargo:

Sospecho que Dios me odia,
que no soporta la critica
o la opinión constructiva,
que dicta su santa agenda 
para cumplir con las potencias 
y no llegar tarde a las Naciones Unidas,
por que tiene su punto de vista de Venezuela,
sospecho que soy una piedra en su zapato,
una incomodidad en su plantar 
y aunque no quiere matarme, soy un dolor de cabeza.

Por esto y mas, creo que Dios ya no es mi amigo,
que me borro de su facebook
y de su lista de contactos,
que mis oraciones son atendidas por un call center 
en la india,
donde me transfieren al menú 
o me dicen que intente otro día.

Y es que quizás si soy pendejo,
por que busco la amistad en la miseria
en el hambre de ser escuchado,
en el vacío vaso de una cerveza terminada,
por que me verso en nada y la sociedad me reclama tanto,
por que sigo siendo el gordo niño al que le arrebataban el balón
pero soy un amigo.

Y como amigo soy,
prefiero ser amigo de un pendejo 
que el pendejo de un amigo,
ser fiel a mis convicciones y aprender nuevas
en lugar de tirarlas al piso en copas menospreciadas,
por que se han perdido los "valores reales"
que se compartían en el atardecer de una conversación 
que termina en una risa que asfixia con placer.

Me dijo que amigo solo Dios,
pero no dijo cual Dios,
y entre las deidades de este mundo y el otro
me tomara una vida buscar un amigo de verdad,
y por determinación y amor a mi mismo
prefiero no tener amigos.