lunes, 8 de enero de 2018

"XXXV"





Bajo un árbol
de hojas rojas,
se detuvo un caminante
a descansar,
los pies le dolían
y hace días que no se detenía.

El camino era largo
y solo se paraba
cuando algo su atención llamaba
el árbol  de rosas hojas
flamante,
alto,
llamativo,
rojo carmín
el árbol se alzaba
ante sus ojos.

Rojos
los ojos se ponían,
el calor del árbol,
se encendía,
sorprendida,
la atención del caminante
por el árbol aquel día
el caminante sentía el calor
de la tierra mía.

¡Silencio!
ni pájaros,
ni nubes,
no aviones,
no llanto,
solo un caminante
Que se sorprendía con sus rojas luces.

Su tronco firme y atemorizante
se entrelazaba con las hojas de fuego,
el caminante sorprendido
sucumbió ante el espectáculo,
asustado huyo
creyendo ser víctima de la locura,
continúo su camino,
mientras más se alejaba,
no perdía de vista las llamas de las hojas de fuego.



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