jueves, 3 de mayo de 2018

“En la Habitación”




(Entra un joven a la habitación, empapado por la tormenta que cae al fondo, mientras este se quita su camisa y desabrocha su pantalón, saca los códigos de leyes, apresurado de que no se hayan echado a perder, con el pantalón desabrochado y el torso descubierto se lanza sobre su cama e inicia…)

Solo en esta habitación, solo,
solo vine a este mundo y solo partiré,
condenado a hablar en vos alta
y no ser escuchado
¡a gritarle al viento mis penas!
y que mi voz
no salga de las cuatro imponentes paredes de mi habitación.
a esperar aquel día en que mis manos
puedan tocarte otra vez
a que mis ojos se crucen con los tuyos,
a esperar ese día, en que mis labios esbocen un beso
que enrede nuestras lenguas
¡hasta el próximo siglo!
(alza las manos y las deja caer sobre su rostro)

Quizá mañana el sol me sonría
quizá mañana esta tormenta solo sea el recuerdo
tortuosos de monólogos
con la almohada, el reloj, la pared y uno que otro animal
pueda que mañana
te amarre a mis brazos otra vez
que mi lengua pruebe de ti
y juntos recorrer el mapa de la pasión
que nos embriagaba cada tarde
pero ¡solo!
solo estoy, esta tarde mayo,
solo esperando que mi celular suene
con un mensaje de dios
con una llamada de satanás
preguntándome - ¿todo está bien?
espero con ansias
un mensaje tuyo,
que diga te extraño
te perdono.
quizá la tormenta no cese hoy
quizá tenga que esperar una larga temporada
de llanto,
de noches en que la melancolía intima relaciones con mi tristeza
donde el sexual sollozo de la muerte acaricia mi cabeza
¡podría terminar!
¡así de fácil!
¡así de sencillo!
¡puede…!
¡puede que mañana que arranque de mis mortales manos
mi vida, reciba tu mensaje!

Soy una pobre vela que está a punto de morir
a punto de contraer la liberación eterna a mis manos
¡estoy solo y talvez mañana ni siquiera despierte!
nadie notaria mi ausencia,
soltar al pájaro azul,
sacarlo de esta jaula que lo vuelve loco,
que sea libre
¡que sea libre el pájaro azul!
mañana quizá el sol sonría,
pero no lo sé, no lo sé.

(Inicia un llanto, el joven intenta ser lo más fuerte, pero no puede, escucha la tormenta y sus blasfemias siguen sin ser escuchadas...)

No soporto su implacable mirada
las paredes me miran,
me juzgan y condenan
no soy un presunto inocente
soy el culpable de los delitos que se me imputan
y más,
soy la lacra de sus zapatos
soy la muerte de sus hijos
soy quien colorea sus cuerpos fríos de cemento,
ellos me aprisionan
cada noche escucho sus cantos
//recuerda…recuerda…yo lo vi…yo también…estuviste con ella...//

Más allá de estas puertas
más allá existe un lugar donde puedo,
caminar,
reír,
cantar.



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